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Prevención Comunitaria del Suicidio
 

Prevención Comunitaria del Suicidio

 

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar,

pero el mar sería mucho menos si le faltara una gota.

 

Madre Teresa de Calcuta

¿Por qué prevenir el suicidio?

La respuesta a esta pregunta puede parecer obvia para muchos. El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y debemos prevenirlo por el cuidado que nos debemos unos a otros. Después de todo, ¿no es para eso que vivimos en comunidad? Para quienes pensamos de este modo, el suicidio debe prevenirse tanto como las enfermedades infectocontagiosas o los accidentes de tránsito. Sin embargo, el hecho de que se destinen tan pocos esfuerzos y recursos a la prevención del suicidio en relación a la magnitud de la tragedia que representa nos lleva a pensar que no todos pensamos así.

Muchos consideran al suicidio como una decisión tan personal que juzgan inapropiado inmiscuirse en la vida de los otros. Existe un debate similar con el uso del cinturón de seguridad en los automóviles, por citar un ejemplo. En este caso se llegó a un consenso bastante generalizado de que no usar el cinturón de seguridad también puede perjudicar a terceros, por lo que el argumento de las libertades individuales se debilita. ¿El suicidio no perjudica a terceros? Por supuesto que sí. La experiencia muestra que el suicidio de una persona tiene un efecto devastador en su entorno, llegando a afectar a toda la comunidad. Hay muchísima evidencia que corrobora que el riesgo de cometer suicidio para los familiares cercanos o incluso para las personas cercanas de la comunidad se ve sensiblemente incrementado.

Vale la pena reflexionar sobre este punto. Si bien es cierto que el suicidio es una decisión individual, se trata de una decisión que se toma en medio de una profunda crisis emocional y desde la perspectiva de no tener otras alternativas válidas. Por eso nos preguntamos:¿Es realmente una decisión libre? Nada lo indica. El suicidio no tiene nada que ver con las libertades individuales. Muy por el contrario. Representa la clausura de todas las libertades. Por esto mismo, la prevención comunitaria del suicidio no tiene como objetivo impedir o bloquear coactivamente ninguna decisión, sino brindar al sujeto más opciones de vida para devolverle la libertad que sus pensamientos suicidas intrusivos le quitan.

Sin embargo, el mayor obstáculo para la prevención comunitaria de suicidio no es la defensa mal entendida de las libertades individuales sino el miedo. El suicidio es un tema tabú en muchas culturas, también en la nuestra. Pareciera que si hablamos de suicidio lo estuviéramos llamando o nos pudiéramos contagiar de algo. Este prejuicio tiene una base de verdad porque se ha comprobado que la difusión sensacionalista de casos de suicidio genera un efecto de contagio (llamado “Efecto Werther”). Sin embargo, está demostrado que hablar de suicidio en forma responsable, incluso frente a adolescentes, no incrementa el riesgo sino que promueve las condiciones necesarias para la prevención y abre los canales de diálogo necesarios para que la asistencia sea posible. Ver Como Hablar sobre el tema del Suicidio, Qué NO decir al Hablar sobre Suicidio y Asistencia a Personas en Crisis o con Pensamientos Suicidas.

Además, la prevención del suicidio no implica necesariamente hablar del tema. Toda vez que evitemos un factor de riesgo o promovamos un factor protector estaremos haciendo prevención del suicidio. Ver Factores de Riesgo y Protectores de la Conducta Suicida y Prevención Primaria de la Conducta Suicida.

Hay más muertes a causa de suicidio que por la inseguridad o los accidentes de tránsito, sin embargo, los recursos que la comunidad dedica a prevenir el suicidio son mínimos en relación a estos otros flagelos.

La buena prevención empieza por casa

Quien haya viajado alguna vez en barco o en avión habrá notado que cuando se imparten las instrucciones de seguridad dicen que, en caso de ser necesario el uso de chalecos salvavidas o máscaras de oxígeno, los adultos deben colocarse estos elementos de seguridad antes de asistir a los niños. Esto que puede parecer egoísta la primera vez que uno lo escucha, no lo es en absoluto, sino que tiene una lógica irrefutable. Nadie puede dar lo que no tiene, y eso es un principio básico de la prevención.

Todas las personas hemos tenido o tenemos problemas, conflictos o crisis emocionales porque así es el mundo de los humanos. Ver El Proceso Suicida - Etapas Iniciales.Tampoco es infrecuente haber tenido fantasías evasivas, fantasías de muerte o pensamientos suicidas. Ver El Proceso Suicida - Etapas Avanzadas. Eso les ha pasado a muchísimas personas y de ningún modo las inhabilita para ayudar a otros. Si planificaste un suicidio o incluso intentaste suicidarte, también son muchos los que han transitado esas experiencias. Por supuesto, tampoco te inhabilitan para asistir a un tercero.

El pasado no es lo importante, sino lo que estás haciendo con él. Si has vivido algunas de las experiencias que mencionamos, lo crucial es hacerte las siguientes preguntas: ¿sentís que pudiste superarlas?, ¿promovés en tu propia vida factores protectores?, ¿evitás o intentás contrarrestar los factores de riesgo? Asimismo, en caso de haber transitado situaciones traumáticas o crisis emocionales profundas, ¿has realizado un proceso terapéutico para superarlas? En todos los casos, la prevención del suicidio es un proceso de transmisión de valores y, como tal, siempre, la mejor estrategia es el ejemplo. Si aún tenés pensamientos suicidas tal vez te sea útil leer nuestra página Necesito Ayuda.

La ayuda, o el altruismo, es el fundamento de todas las actividades de prevención comunitaria del suicidio, por eso nos referiremos brevemente a este concepto universal muchas veces mal entendido.

La causa última del suicidio hay que buscarla en las relaciones interpersonales, por eso, una actitud solidaria o altruista va siempre en el sentido de la prevención del suicidio.

De qué hablamos cuando hablamos de ayudar

Comúnmente se asocia al altruismo con actos excepcionales de personas que se destacan por su nobleza y por su generosidad, pero el altruismo o la ayuda al otro es algo mucho más corriente, una tendencia universal entre los seres humanos.

Somos altruistas cuando hacemos una donación a una institución de bien público, pero también lo somos cuando educamos a nuestros hijos o cuando saludamos amablemente a nuestro vecino. Somos altruistas cada vez que actuamos en función del bien de otra persona, aun cuando esta acción sea un gesto mínimo como sonreír al encontrarnos con alguien para que sepa que nos agrada verlo. Somos altruistas por naturaleza, por eso el altruismo es la regla en la interacción humana, no la excepción. El altruismo es parte de nuestra naturaleza, por eso, buscar activamente el bien de otros nos hace bien.

Existe otro concepto equivocado sobre el altruismo: que la ayuda tiene una direccionalidad. En otros términos, para que la ayuda se verifique debe existir alguien que de ayuda y alguien que la reciba, alguien que se beneficie y alguien que se vea perjudicado en igual medida. Esto es un error de apreciación. Existen relaciones de cooperación como el comercio o el trabajo donde claramente ambas partes reciben beneficios. Pero, además, en la llamada “ayuda desinteresada”, el que da también recibe la satisfacción de haber ayudado, el premio que nos da la naturaleza por seguir una inclinación que nos es propia. La ayuda siempre es o debe ser un camino de ida y vuelta en el que ambas partes dan y reciben beneficios: uno ofrece su acto solidario y otro ofrece la oportunidad de ayudar.

El hecho de que el altruismo sea una condición natural y de que nuestra naturaleza nos premie con sensaciones agradables por el hecho de ayudar, de ningún modo le quita mérito. Por el contrario, sentirnos satisfechos y felices por el bien ajeno es una condición que ennoblece a nuestra especie y a todos los seres humanos.

Es importante señalar que las ganas de ayudar son una condición imprescindible, pero de ninguna manera suficiente para que la Prevención Comunitaria del Suicidio resulte efectiva. Es necesario, además, conocer algunas pautas básicas a las que nos referimos en las distintas páginas de este sitio. Ver Primeros pasos para la Prevención Comunitaria del Suicidio.

El altruismo o la ayuda solidaria promueve la prevención del suicidio en varios aspectos: quien recibe la ayuda se entera de que no está solo, quien la da incrementa la significación de su propia vida y quienes observan aprenden  un modo positivo de relacionarse. 

¿Dónde y cómo podemos prevenir el suicidio?

La prevención del suicidio en nuestra vida cotidiana puede llevarse a cabo en cuatro situaciones básicas muy diferentes: 

  1. Cuando aún no existe una crisis emocional o no nos hemos percatado de que estuviera ocurriendo; 

  2. Cuando percibimos que existe una crisis emocional, ya sea que la persona afectada nos pida ayuda o no; 

  3. Cuando somos testigos de un intento de suicidio en curso o suponemos que podría ocurrir en forma inminente;

  4. Cuando ha ocurrido el suicidio de una persona cercana y es necesario asistir a los deudos.

 

Para estas cuatro situaciones existen modos de actuar recomendados que describimos en los siguientes apartados:

Prevención Primaria de la Conducta Suicida

Asistencia a Personas en Crisis o con Pensamientos Suicidas

Asistencia en caso de Emergencia en relación al Suicidio

Asistencia en Duelo por Suicidio

Aquí solo mencionamos que todas estas acciones pueden ser realizadas por cualquier persona en los ámbitos habituales en los que se mueve y sin la necesidad de dedicar un tiempo específico a la tarea. Los únicos requisitos que se necesitan son:

 

  • Conocer unas pocas pautas básicas (las que explicamos en estas páginas),

  • Tener la voluntad de ayudar,

  • Estar en el lugar adecuado y en el momento preciso.

 

Es importante aclarar esto porque muchas veces las acciones destinadas a la prevención comunitaria del suicidio son desistidas por la falsa creencia de que solo los profesionales de la salud mental están habilitados y capacitados para intervenir. Por supuesto que son los más calificados para actuar en situaciones de crisis, pero no siempre podrán estar en el momento en que la crisis se produzca y difícilmente podrán brindar un acompañamiento permanente. Son expertos y su presencia es una herramienta fundamental en la prevención del suicidio, pero, por sí sola, no es suficiente.

La propuesta de estas páginas es que todos incorporemos recursos para la prevención del suicidio en la vida cotidiana, solo así podremos construir una red de contención omnipresente que ponga la ayuda al alcance de quien la necesite. Al asumir esta actitud no solo brindaremos un servicio invalorable a las personas con las que interactuamos, también mejoraremos la convivencia en nuestros grupos de pertenencia, haremos de nuestro mundo un lugar mejor donde vivir, y, fundamentalmente, nos habremos convirtiendo en mejores personas dándole mayor plenitud y sentido a nuestras vidas.

El momento para prevenir el suicidio es ahora

En el mundo, hay un suicidio cada 40 segundos, siendo ésta la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad.

 

En Argentina se suicidan más de 3.200 personas por año.

 

¿Sabías que con pequeñas acciones, podríamos hacer que alguien repiense una decisión tan dolorosa?

 

Simplemente con un: “hola ¿cómo estás? No te veo bien, ¿querés que hablemos?” , un fuerte abrazo en silencio que te dice “contá conmigo, no estás solo... ”, la escucha activa, que permite desahogarse sin sentir vergüenza o tener miedo a ser juzgado o cuestionado, tu mirada como mamá, tu presencia como papá, tu consejo como amigo, tío, maestra, vecino, cualquier gesto que nos haga ver si una persona está sufriendo o, quizás, esté pensando en terminar con su vida.

Y vos, ¿de qué forma te vas a involucrar?

 

¡Es hora de hacer que nuestras acciones cuenten, y que la prevención del suicidio sea una prioridad! 

Seamos protagonistas. Todos podemos hacer algo... ¡Vos también!

 

Ver también:

 

Primeros Pasos para prevenir el suicidio

 

Prevención Primaria de la Conducta Suicida

 

Factores Protectores y de Riesgo de la Conducta Suicida

 

Transmisión de Valores para la Prevención del Suicidio

 

Transmisión de Habilidades Sociales para la Prevención del Suicidio

 

Asistencia a personas en Crisis Emocional o con Pensamientos Suicidas

 

La Escucha Activa en la Prevención del Suicidio

 

Cómo Orientar a una persona con Pensamientos Suicidas

 

Cómo hablar sobre el tema del Suicidio

 

Qué NO debo decir al hablar sobre suicidio

 

Asistencia en Emergencias en relación a la Conducta Suicida

 

Asistencia en Duelo por Suicidio

Sentimientos propios del Duelo por Suicidio

Identificación e Imitación en relación a la Conducta Suicida

escenarios saludables

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