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Elaborando un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida
 

Elaborando un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida

 

En la vida siempre hay que tener un plan de contingencia.

 

Abraham Lincoln

¿Cuándo es necesario elaborar un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida?


Si con frecuencia tenés fantasías suicidas, pensamientos intrusivos en relación al suicidio, o si recientemente hiciste un intento de suicidio, aunque ahora pueda parecerte inocuo, debes saber que estos son Factores de Riesgo de la Conducta Suicida por lo que es recomendable adoptar algunas medidas de protección. Las recomendaciones básicas en este sentido son:

 

  • No estar solo: buscar activamente la contención o el acompañamiento de algún amigo, familiar, allegado o servicio asistencial. Ver: Aprendiendo a Pedir Ayuda ante Pensamientos Suicidas.

  • Buscar ayuda profesional: La ayuda de un profesional de la salud mental es siempre recomendable en los casos mencionados, no solo para reducir el riesgo de suicidio sino para mejorar la calidad de vida. Ver: Buscando Tratamiento por Pensamientos Suicidas.

  • Elaborar un Plan de Contingencia ante Situaciones de Crisis con Pensamientos Suicidas: De esto trata el resto de esta página.


¿Qué es un plan de contingencia por riesgo suicida?


Quienes hemos transitado una crisis emocional con pensamientos suicidas sabemos que además de todas las emociones que nos invaden está la incertidumbre por no saber qué hacer o a quién acudir. Aún cuando ya hayamos superado la crisis, el miedo a que se repita puede persistir por mucho tiempo, la preocupación sigue siendo la misma: “Si volviera a pasar, qué puedo hacer o a quién puedo acudir?” Un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida es tan simple como pensar previamente y anotar en un papel las respuestas a estas preguntas.

 

Tal vez, esa próxima crisis nunca ocurra, aún así, haber elaborado previamente un plan de contingencia brinda una sensación de seguridad y alivia preocupaciones.

 
Como las circunstancias en las que se podría producir la próxima crisis son desconocidas, un plan de contingencia debería incluir varios escenarios. Además, como los recursos con que cuenta cada persona son diferentes, el plan de contingencia debe ser elaborado específicamente para cada persona. Es importante que este plan lo elabore el interesado que, llegado el momento, tendría que ponerlo en práctica, pero es recomendable contar con la colaboración de un profesional de la salud mental para esta tarea. Lo que sigue es solo un listado de las diferentes situaciones que se podrían presentar con ejemplos de acciones a tomar en cada caso. No es un plan en sí mismo pero podría aportar ideas para elaborar uno propio.


Alejar elementos potencialmente peligrosos


Si tus fantasías suicidas o sus pensamientos intrusivos incluyen medios letales, es recomendable alejar estos medios de tu alcance inmediato. Sabemos que alejar los medios letales no elimina por completo el riesgo suicida, pero los intentos de suicidio suelen ser actos impulsivos. No contar en forma inmediata con los medios necesarios o planificados no bloquea por completo la intención suicida pero suele aportar el tiempo necesario para reflexionar sobre alternativas o pedir ayuda.


Muchas personas con pensamientos suicidas recurrentes tienen acceso a medicamentos, ya sea como parte de su propio tratamiento o de alguien más en la familia. En ambos casos es posible mantenerlos fuera del alcance inmediato. Si necesitás tomar medicamentos y tenés la fantasía de producirte una sobredosis es recomendable que le pidas a otra persona que los administre. De igual modo pueden alejarse armas de fuego, plaguicidas y otros elementos. Incluso ciertos lugares peligrosos como terrazas o vías de tren pueden evitarse si forman parte de fantasías suicidas. Para elementos cotidianos potencialmente peligrosos como cuchillos, ventanas o balcones también pueden tomarse precauciones como usar cuchillos sin filo o colocar redes de protección en ventanas y balcones. Cuando se hace difícil bloquear o alejar un elemento potencialmente peligroso también es bueno identificarlo para alejarse de él al menos durante la crisis.


Un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida debería incluir una lista de los elementos potencialmente peligrosos y las acciones necesarias para mantenerlos lo más lejos posible o bloquearlos de algún modo.


Identificar señales previas o circunstancias desencadenantes de crisis emocionales


La manera más efectiva de evitar las consecuencias de una crisis emocional es, directamente, evitar que la crisis ocurra. Esto no parece sencillo pero no es imposible. Casi siempre las crisis emocionales se desencadenan bajo determinadas circunstancias e incluso son precedidas por determinados “avisos”. Un análisis de nuestras crisis anteriores y un trabajo de autoconocimiento puede ayudarnos a identificar estas circunstancias adversas y avisos a los que deberíamos prestar atención. Un profesional de la salud mental puede ayudarnos en esto. Por ejemplo, podríamos identificar que reunirnos con determinadas personas o ocuparnos de determinadas cuestiones podría alterar nuestro estado de ánimo al punto de desencadenar una crisis. También podríamos identificar las primeras señales que se presentan antes del desenlace de la crisis, por ejemplo, nerviosismo, angustia, insomnio u otras. Estas señales suelen presentarse incluso varios días o semanas antes de que la crisis se desencadene por lo que hay tiempo suficiente para evitarla.


Sin embargo, toda esta información solo resultará útil si se completa con acciones efectivas para evitar o neutralizar los efectos que estas señales o circunstancias anticipan. Si logro identificar situaciones que alteran mi estado de ánimo, por ejemplo: visitar a un familiar con quien estoy enemistado, la respuesta más sencilla sería evitar esa situación, pero sabemos que esto no es siempre posible; entonces será necesario elaborar estrategias de afrontamiento como no responder a provocaciones, evitar temas conflictivos, charlar con otras personas, etc. Para las sensaciones y sentimientos que podemos identificar como señales anticipatorias de crisis también podemos probar estrategias de afrontamiento. Por ejemplo, muchas personas saben que frente a una excesiva preocupación o ansiedad pueden tranquilizarse con determinadas actividades que son muy específicas para cada persona, por ejemplo: caminar, escuchar música o pintar. Si no dispones del tiempo necesario para hacer las actividades que te gustan o te tranquilizan, tal vez deberías revisar tus prioridades; mantener un estado de ánimo estable y una actitud positiva frente a la vida es el camino más eficaz para afrontar todos tus demás problemas, no atender nuestras emociones nunca es conveniente a mediano plazo.


En un Plan de Contingencia por Riesgo Suicida se debería identificar las señales previas y las circunstancias desencadenantes de crisis como así también las respuestas ensayadas o propuestas para cada una de ellas. El psicólogo o psiquiatra pueden ayudar en la elaboración de esta lista.


Tener a mano contactos útiles por si la crisis aparece


El camino de la recuperación desde el pensamiento suicida no suele ser lineal. Son frecuentes las recaídas y los retrocesos. Incluso es posible que se desaten nuevas crisis en las que todo se vea oscuro y la idea de suicidio aparezca como la única salida. Si ya pasamos por algo así sabemos que estas crisis son temporales. No es que al día siguiente o la semana siguiente toda esa oscuridad vaya a desaparecer, pero sí, en algún momento, se pueden ver alternativas. Esta es la enseñanza más importante que deben dejarnos las crisis emocionales con pensamientos suicidas: no duran para siempre. Se trata entonces de pasar el momento. Después de la tormenta siempre vuelve a salir el sol, pero, mientras tanto, debemos hacer frente al temporal. 


Debemos distinguir la crisis emocional con pensamientos suicidas de las señales previas a las que nos referimos en el apartado anterior. Salir a caminar podría tranquilizarnos frente a una preocupación excesiva, pero en el momento de la crisis el riesgo es mayor por lo que las medidas que se adopten deben ser más seguras. La experiencia indica que hablar con otra persona sobre lo que nos pasa, lo que sentimos y  los pensamientos intrusivos que nos asaltan es la mejor manera de transitar una crisis emocional con pensamientos suicidas. Sin embargo, para que la asistencia resulte útil, la persona a la que recurrimos debe saber escucharnos, brindarnos contención emocional y acompañarnos en nuestro dolor. No todas las personas están preparadas o dispuestas para esto, por eso sería muy útil contar con una lista de contactos a los que podríamos acudir en caso de necesitar asistencia en medio de una crisis. Ver también: Aprendiendo a Pedir Ayuda ante Pensamientos Suicidas.


La lista a la que nos referimos, que sin duda debería formar parte de nuestro Plan de Contingencia por Riesgo Suicida, podría incluir:

  • Familiares, amigos o confidentes a los que ya hayamos recurrido antes en circunstancias similares y de los que sepamos que están preparados y dispuestos para brindarnos escucha, contención y acompañamiento.

  • Profesionales de la salud mental con los que estemos en tratamiento y con los que hayamos pactado previamente la posibilidad de llamarlos ante una crisis emocional.

  • Sacerdotes, religiosos o guías espirituales con los que hayamos pactado antes la posibilidad de llamarlos ante una crisis emocional.

  • Líneas de asistencia a personas en crisis o con pensamientos suicidas.

 

Tener a mano alternativas en caso de emergencia


La distinción entre Crisis Emocional con Pensamientos Suicidas y Emergencia en relación al Suicidio a veces es difícil de ver desde afuera, pero nadie mejor que el propio implicado para saberlo: Emergencia es cuando siento que mi vida o mi integridad física está en peligro inminente. En estos casos, la escucha, contención o acompañamiento que pueda brindarnos quien nos asista en la crisis podría no ser suficiente. Es necesaria la intervención médica de urgencia. Las alternativas para conseguir la atención que necesitamos pueden ser varias, pero en el momento de la emergencia suele ser difícil gestionarlas, por lo que, aunque creamos que una situación de emergencia en relación al suicidio sea improbable, nuestro caso, nuestro Plan de Contingencia por Riesgo Suicida debería incluirlas.


Si pudiéramos trasladarnos por nuestros propios medios o con la ayuda de alguien más a una clínica de nuestro plan de salud o a un hospital público con servicio de emergencia en salud mental, esta podría ser la mejor opción. Si las circunstancias dificultan el traslado lo indicado es llamar a un servicio de emergencia con traslado. Los servicios de salud privados suelen incluirlos. De no contar con un servicio de emergencia privado, muchos municipios tienen servicios de emergencia públicos. Por ejemplo el SAME 107 para CABA y muchos municipios del Gran Buenos Aires, o bien el 911 que atiende emergencias de seguridad, bomberos y salud en todo el país. Ver Teléfonos de Asistencia en Emergencias.    

 

En nuestro Plan de Contingencia por Pensamientos Suicidas deberíamos agendar las direcciones de los centros públicos o privados más cercanos y los teléfonos de los servicios de emergencia en orden de preferencia. También puede ser útil que un familiar o amigo sepa a dónde llevarnos o a dónde llamar en caso de emergencia. Para las personas que conviven con familiares o amigos que padece pensamientos suicidas suele ser muy tranquilizador saber qué hacer o a dónde acudir en caso de emergencia.


¿Por cuánto tiempo debemos conservar nuestro Plan de Contingencia por Riesgo Suicida?


Debemos ver a nuestro plan de contingencia como un recordatorio de todo lo que no debería ocurrir. Prepararnos para lo peor es una forma de evitar que lo peor suceda. Sin embargo, la idea no es vivir el resto de nuestras vidas pendientes de un plan de contingencia. El verdadero camino, el que vale la pena recorrer, es la recuperación. Ver El Camino de la Recuperación desde el Pensamiento Suicida


Llegará un tiempo en que las fantasía o pensamientos recurrentes sobre el suicidio sean parte del pasado, en que la vida en su conjunto vuelva a cobrar sentido y te levantes cada mañana con ganas de vivirla. Cuando llegue ese día, tu Plan de Contingencia por Riesgo Suicida será solo un recordatorio de todo lo que habrás avanzado.

Ver también:

Necesito Ayuda por Pensamientos Suicidas

Reflexiones sobre el Sentido de la Vida en relación al Suicidio

 

Aprendiendo a Buscar Ayuda por Pensamientos Suicidas

Buscando Tratamiento por Pensamientos Suicidas

 

escenarios saludables

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